El verdadero éxito es mirar atrás y sentirse en paz

Mi vida profesional ha estado marcada por tres transformaciones extraordinarias, más allá de simples cambios de puesto: auténticas metamorfosis que pusieron a prueba mi capacidad de adaptación, liderazgo y reinvención.
La primera: de interventor a funcionario de prisiones. Un salto radical que exigió una profunda adaptación de carácter para moverme en un entorno donde las reglas eran otras y la gestión de personas se imponía a los números.
La segunda: de funcionario de prisiones a director ejecutivo en una empresa de retail en plena expansión. Un desafío que implicó liderar a más de 300 personas en un universo empresarial acelerado, exigente y estratégico.
La tercera, quizá la más desafiante: de director ejecutivo a empresario. Un salto que me obligó a vaciar los bolsillos del alma y a reinventarme sin descanso, aprendiendo a valorar aún más el papel esencial de los empresarios en la sociedad.
Hoy, con esa perspectiva de haber habitado mundos tan distintos, comparto en Entre muros y principios los aprendizajes que solo se conquistan cuando uno tiene el coraje de cambiar de piel una y otra vez.
“Entre muros y principios no es solo mi historia, es un espejo donde cualquiera puede mirarse.”
• ¿Qué le impulsó a romper el silencio y compartir su experiencia en Entre muros y principios después de tantos años?
Sentí que había aprendizajes que podían inspirar más allá de lo personal y guardarlos solo para mí habría sido un desperdicio. También influyó estar en equilibrio, lo que me permitió relatar de forma objetiva y en tono positivo.
• Usted habla de “dignidad invisible” en las instituciones penitenciarias. ¿Qué significa para usted este concepto y cómo se refleja en la sociedad actual?
Es el respeto silencioso hacia quienes nadie mira, no solo en prisiones, en todos los ámbitos de nuestra sociedad. Trato de reflejar el valor que aportan tantas personas sin reconocimiento.
• En el libro narra su paso del sector público al empresarial. ¿Cuál fue la lección más valiosa que llevó consigo de la prisión a la empresa?
Que toda organización, sea una cárcel o una empresa, se sostiene en lo humano: principios, confianza, coherencia y respeto.
• ¿Cómo se mantiene fiel a sus principios en entornos donde las presiones invitan a claudicar?
Recordando que lo que se gana sin principios se pierde con el tiempo y como no, soy un leonés testarudo.
• Describe el sistema penitenciario español como un lugar donde aún existe esperanza de reinserción. ¿Qué cambios considera urgentes para mejorar esa realidad?
El libro propone un plan de mejora que me encantaría que leyesen quienes hoy tienen responsabilidades en este ámbito. La reinserción no será real si no cuidamos también a quienes sostienen el sistema día a día: los funcionarios. Darles formación, reconocimiento y apoyo psicológico es tan importante como invertir en educación, salud mental y oportunidades laborales para los internos. Solo valorando su trabajo podremos lograr que la esperanza de reinserción sea algo más que un buen deseo.
• Habla del “liderazgo invisible” como un modelo transformador. ¿Cómo lo definiría y qué ventajas tiene frente al liderazgo tradicional?
Es liderar sin protagonismo, poniendo en valor al otro. La ventaja es clara: se construyen equipos sólidos, no egos frágiles.
• Muchos líderes empresariales buscan resultados rápidos. ¿Qué pueden aprender de la paciencia y la resiliencia que se desarrollan entre muros?
Que lo duradero se cocina a fuego lento. La prisa da beneficios, pero la paciencia construye legado.
"He visto transformaciones extraordinarias en los lugares más impensables.”
• El libro incluye anécdotas que muestran el lado humano de internos y funcionarios. ¿Cuál de ellas lo marcó más profundamente?
La verdad es que todas las anécdotas que aparecen me marcaron y las llevo conmigo; por eso las elegí. Cada una refleja un aprendizaje humano que intento no olvidar. La frase de aquel interno que me pidió confianza es solo un ejemplo, pero en realidad todas han dejado huella en mi vida.
• ¿Hay alguna historia concreta de reinserción exitosa que le devolvió la fe en el sistema?
Sí, la historia de Pablo que narro en el capítulo 7 de Entre muros y principios. Era un interno que trabajaba como auxiliar en la cafetería de funcionarios. Cada mañana lo veía servir cafés con una precisión casi silenciosa, meticuloso, detallista, siempre respetuoso. Muchos lo veían como un interno más cumpliendo tareas, pero yo percibía algo diferente: una disciplina y un afán de superación que me sorprendían.
Años después, fuera ya del sistema penitenciario, coincidí con él en un evento empresarial. Para mi asombro, era uno de los invitados como caso de éxito.
¿Cuál es el mito más grande que la sociedad tiene sobre las cárceles que su libro desmonta?
Que los funcionarios de prisiones van armados. La realidad que revelo en Entre muros y principios sorprende a todo el mundo: llevamos únicamente un bolígrafo para escribir partes disciplinarios cuando un interno no se porta bien. Nada más.
Este mito dice mucho sobre cómo la sociedad imagina las cárceles: como lugares donde todo se resuelve por la fuerza. Pero la verdad es justo la opuesta. Trabajamos desarmados porque confiamos en las personas, en el diálogo, en que se puede construir respeto mutuo incluso en el entorno más complicado.
• ¿Qué papel juegan hoy la ética y la coherencia personal en la era digital y de la inteligencia artificial, según su experiencia?
Son el filtro imprescindible. La tecnología avanza, pero sin ética puede ser un arma más que una herramienta. Nosotros defendemos, aplicamos y difundimos en INTERIM MANAGER CONSULTING, la tecnología con alma.
• Si pudiera transmitir un solo mensaje a las nuevas generaciones de profesionales y líderes, ¿cuál sería?
Que nunca sacrifiquen sus principios por resultados inmediatos, que dejen su ego en casa: el verdadero éxito es mirar atrás y sentirse en paz.
Entre muros y principios no es solo mi historia, es un espejo donde cualquiera puede mirarse. Escribí este libro convencido de que todos tenemos un Pablo dentro esperando la oportunidad, todos podemos ejercer liderazgo invisible en nuestro entorno, y todos podemos elegir los principios por encima de la conveniencia.
He visto transformaciones extraordinarias en los lugares más impensables, y eso me ha enseñado que la esperanza no es un sentimiento, es una decisión. Cada día decidimos si construimos muros o abrimos puertas, si juzgamos desde la distancia o nos acercamos con respeto.
Mi mensaje es simple: el cambio es posible, la dignidad se puede restaurar y el liderazgo auténtico siempre encuentra su camino. Lo he visto entre rejas, lo veo en las empresas, y estoy convencido de que usted también lo puede ver en su entorno si decide mirar con otros ojos.
“Entre muros y principios no es solo mi historia, es un espejo donde cualquiera puede mirarse.” Para quien quiera profundizar, el libro está disponible en Amazon: https://amzn.eu/d/2TKyX7G.
Entrevista realizada para elescritor.es
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